sábado, 31 de diciembre de 2011

Despedida al 2011

Nunca sabemos lo que nos deparara el destino. Unas veces nos pilla por sorpresa, otras lo intuimos, otras ni siquiera habíamos pensado que podría suceder algo así. Sin embargo, aquí estamos, un año más, lleno de minutos que corren sin cesar, horas que pasan rápido y que desearíamos que se detuviesen o momentos que estamos ansiosos de que se pasen cuanto antes.

Nos deja un año difícil en todos sus aspectos. Una época marcada por la crisis laboral, económica e, incluso, existencial. No sabemos adónde ir, muchos incluso ya no tienen adónde ir, desconfiamos de todo y de todos y vemos un futuro lleno de sombras. Nos acordamos de lo malo, de aquello que nos ha marcado por el dolor, la pena, la desesperación pero no debemos olvidar que, tras esa fachada gris, también hemos vivido situaciones agradables ya sea con amigos, familiares, pareja, hijos… Piensa en ese día que sonreíste, acuérdate de ese día que lloraste de alegría, de esa cena inolvidable, de esa caricia suave… Porque si perdemos todos esos momentos buenos ¿qué nos queda? Nada mejor para salir adelante que coger fuerzas, mirar al frente y pensar que todo es posible si uno quiere, andar despacio para lograr pequeños objetivos hasta llegar a la cumbre y darse cuenta de que las metas se han conseguido. No es un camino fácil ¿quién dijo que lo sería? Pero tenemos un año para lograrlo, un año para caminar con miedo, buscar la decisión, trabajar con tesón, profundizar en la paciencia, sacar la alegría, encontrar la ilusión, sonreír al amor y sobre todo sentirse felices por lo que somos.

Mi 2011 comenzó cuesta arriba, poco a poco la montaña se hizo más pequeña y al final se ha convertido en una llanura llena de verdes praderas, flores, mariposas e incluso palmeras. He sido feliz y me he esforzado para conseguir lo que quería, esperemos que este año la racha se mantenga. Seguiré estudiando, escribiendo y bailando, retomaré mis cursos que ahora tengo aparcados y quién sabe si dentro de unos años reconoceréis mi voz en cines o televisión.

Por eso hoy puedo decir que:

A ti que eres de mi familia, volaremos juntos allá donde nos quiera llevar el viento. Surcaremos cielos soleados o con miles de estrellas, pasaremos tormentas, descansaremos en árboles frondosos para coger aire y retomar el vuelo. Allí estaremos, sea de día o sea de noche, sea invierno o sea verano porque juntos conseguiremos avanzar más rápido.

A ti que subiste al más allá, no pienses que te he olvidado ni tan siquiera pienses que no te he llorado. Busca en mis sueños donde apareces de vez en cuando como si aún siguieras estando. Que desde aquí te añoramos, que desde aquí te recordamos, cada uno de una manera, cada uno emocionado. Aunque no puedo besarte ni acariciar tus manos, te mando un beso para despedir este año, espero que allí recibas el año con el cariño que te mandamos.

A ti amigo, seremos como los soldados, pasaremos muchas horas en la retaguardia esperando para ser llamados al frente. Nos reiremos delante de una botella de vino mientras contamos aquellas anécdotas de nuestro pasado. Y en la batalla, lucharemos codo con codo, espalda con espalda para ayudarnos y hacer frente a tantas y tantas aventuras que quedan por llegar.

A ti que te conozco o te acabo de conocer, espero que poco a poco se incremente nuestra buena relación. Que sepas mi nombre, que sepas si estoy, que sepas cómo soy. Conozcámonos y déjame mostrarte las cosas buenas que hay en mi interior y, si por algún casual vieras alguna mala, no me lo tengas en cuenta pues además de virtudes también tengo defectos.

A ti que estás en mi mente, no sé si vienes o vas, no sé si quieres o querrás, de momento dejo la puerta sin llave para que puedas pasar. Si quieres puedes abrirla ¿qué encontrarás? Un mundo de sorpresas, de alegrías, de mimos y de pasión, también cabezonería y, no lo dudes, alguna discusión. ¿Tienes miedo? Si es así, busca la luz en mis ojos, podrás ver con claridad ¿No te quieres arriesgar? Yo también me arriesgo a lo que pueda pasar, cógeme de la mano y pongámonos a andar. ¿Aún necesitas tiempo? Lo tendrás, potenciaré la paciencia y sabré esperar pero recuerda que las oportunidades se pasan y los trenes se van.

A ti que te miro con deseo, ¿cómo te podría conquistar? Contigo no valen las miradas, ni las palabras ni tan siquiera hacer que no estás. ¡Ay, si me dejases! La de cosas que podrían pasar. Te haría suaves caricias que te harían querer más, mis labios recorrerían cada centímetro de tu piel mientras mi cuerpo buscaría pegarse al tuyo y sentir tu calor. El tiempo se detendría para volver a empezar y caer rendida en tus brazos en los que ansío estar. Pero eres un reto difícil ¿algún día te dejarás? Seguiré jugando al gato y al ratón.

A ti que te alejaste, ya me desprendí de todo lo que me ataba. Vuelvo a ser yo, sin penas ni recuerdos, sin lágrimas ni sueños. Quédate dónde estás, no vuelvas, no me recuerdes no me vuelvas a buscar. No espero que lo hagas, de hecho no lo harás, pero si lo haces te darás cuenta que es tarde para dar marcha atrás, que sé de lo que hablo, que te puede pasar, que no es raro que suceda, que ya me ha pasado y me puede volver a pasar. Ya te aviso que si me buscas, no me vas a encontrar.

A ti que me criticas o me has criticado, piensa que tus palabras son como el agua, moja pero no mancha y ayuda a que las raíces se fortalezcan y las plantas se conviertan en hermosas flores que dan colorido a un increíble paisaje. No dejaré que tus lanzas lleguen a mi castillo, no dejaré que las sombras de tu caballería invadan mis tierras porque cuento con un arma más poderosa que las serpientes que me envías. Tengo valentía, seguridad y esperanza, tengo ilusión, alegría y confianza. No me importa lo que digas o lo que dirás, lo más triste es que tu vida esté tan vacía que necesites fijarte en la de los demás.

A ti que hemos viajado, que el nuevo año nos depare nuevos lugares que conocer y que visitar. A ti que estás en la distancia, que el destino nos vuelva a encontrar para brindar por nosotros a la orilla del mar. A ti que no te he correspondido, que encuentres a alguien a quien mostrar tu ternura, sentimiento y esas grandes cosas que eres capaz de dar. A ti que has sido madre/padre o lo serás, que afrontéis los nuevos retos con entusiasmo, comprensión y mucha paciencia, pues el desarrollo de la vida es lento y con algunos dilemas que con ayuda de los tuyos serán fáciles de afrontar. A ti que escribes, que lees, que cuentas cuentos, que cantas, que bailas, que trabajas, que sueñas, que ríes. A ti que me quieres, que me escuchas, que me apoyas, que me hablas. A ti que te quiero, que te llamo, que te echo de menos, que te animo y que me importas.

En definitiva, a todos los que en este año habéis pasado por mi vida, unos que siguen en ella y otros que ya no están, a todos os mando mis mejores deseos para esta nueva época que va a comenzar.

¡FELIZ AÑO 2012!