¡Qué difíciles son las primeras citas! Y las segundas, y
las terceras, y las cuartas… Realmente todas son complicadas porque cuesta
mucho acertar con alguien que aún no conoces del todo, no sabes si algún
comentario puede mal interpretarse o pensar que sólo iríais al cine y acabar en
su casa. Sin embargo, la primera cita es la más tensa porque es la decisiva, si
el resultado es bueno, habrá una segunda, si es negativo no habrá más
oportunidades. Por eso nos ponemos tan nerviosas, porque queremos que salga bien
y si el chico nos gusta, deseamos que haya otra cita, y otra… y así
sucesivamente. Pero no es oro todo lo que reluce y no por ponernos nuestras
mejores galas vamos a conseguir que se enamoren de nosotras, hace falta mucho
más. Cierto es que una imagen vale más que mil palabras y que los hombres son
muy visuales pero necesitamos más cosas para conquistarlos de verdad. Y para
eso siempre vienen bien unos pequeños consejos, que no son infalibles, por
supuesto, pero pueden ser muy útiles.
Descarta la pasta, los sándwiches y las hamburguesas.
Para una primera cita, por favor, no pidas espaguetis, la película de “La Dama
y el Vagabundo” es muy tierna, pero ver como sorbéis un espagueti no es
demasiado erótico para cualquiera de los dos. Tampoco es recomendable la pizza
o cualquier comida que tengas que comer con las manos, en plan bocadillo,
sándwich, hamburguesa… Mejor algo que puedas comer con cuchillo y tenedor,
pescado, carne o ensaladas.
Agua o refrescos, poco alcohol. Queda muy romántico
cenar con vino, brindar con champán y finalizar la noche con una copa… pero las
consecuencias pueden ser nefastas. ¿Por qué? Porque el alcohol puede provocar
que te desmelenes en exceso, que digas algo que no debías o que te comportes
como no querías. Mi prima Inma se subió a bailar a la silla de un pub irlandés
en una de sus primeras citas, no llamó la atención porque varios ingleses
estaban pegando voces y también lo hacían, pero el chico en concreto que iba
con ella se sorprendió tanto de su reacción tan impulsiva que dejó de llamarla.
Mi amiga Sandra se pasó con la bebida y acabó besándose con su acompañante en
el portal de casa de sus padres como si fuera una adolescente de 16 años.
Móvil fuera, tanto para ti como para él. No queda nada
bien que mientras el buen muchacho te cuenta cosas que cree que pueden ser
interesantes, tú estés pendiente del móvil escribiéndote con tu amiga por
Whatsapp o cogiendo el teléfono cada vez que te llaman. La sensación que da es
de alguien que no te presta nada de atención y, por tanto, que no te importa,
bueno, si te parece un pelma desde un principio puede ser una técnica para
quitártelo de encima cuanto antes pero hay que reconocer que no es muy ético.
Lógicamente, si él lo hace estamos en las mismas, demuestra muy poco interés y no
merece la pena que pierdas tu tiempo, si eso lo hace mientras habláis,
imagínate cómo será en situaciones más íntimas.
Discreción, tanto en la vestimenta como en el
comportamiento. Seguro que tienes unos ojos muy bonitos o unos labios muy
carnosos, pero si eliges un escote hasta el ombligo será ahí y no a tu cara
donde dirija sus ojos, principalmente porque se lo pones en bandeja. Pero no
pasemos al otro extremo, cuello alto y tapada hasta los tobillos, que esa
imagen le recordará más a la foto de su bisabuela vestida de negro y a la que
sólo se le veía la cara y las manos. Hablar a voces y protestar por todo no te
va a favorecer en nada, si hay algo que no te gusta dilo pero ante todo
educación.
Nada de EX ni críticas. Hablar de los ex no es nada bueno,
tanto si lo hace él como si lo haces tú, eso significa que el pasado no está
superado y lo vuestro sería a corto plazo. Es inevitable no realizar
comparaciones y a veces estando con él recordarás a tu ex, te pondrás
melancólica y te preguntará qué te pasa o sin querer le llamarás por su nombre,
propiciando una situación muy incómoda de la que es difícil salir. En una
primera cita las críticas no están aceptadas, igual que a ti te molestaría que
hiciese un comentario negativo sobre tu ropa, a él no le hará gracia que
critiques su coche o que vaya con deportivas en lugar de con zapatos. Si la
primera impresión no te ha gustado, no repitas pero no se lo digas a la cara
así sin más.
Apuesta por la naturalidad y la sencillez. Fundamental:
se tú misma. No intentes ser alguien que no eres ni busques aparentar sólo por
quedar bien. Si finges no te va a conocer verdaderamente, tendrá una imagen de
ti ficticia y tarde o temprano descubrirá tu verdadero yo. Así mismo, olvídate
de la prepotencia y de la defensa del feminismo más extremo, que te abra la
puerta no significa que te haga de menos o si te invita a cenar no implica que
tu no puedas permitírtelo, sólo lo hace por educación y seguramente por
respeto. Además, siempre tendrás la excusa para volver a quedar con él y ser tú
la que invites, puede que no volváis a veros pero el simple ofrecimiento es un
detalle que ellos valoran.
Podríamos pasarnos horas y horas sobre este tema y cada
vez nos surgirían más y más dudas porque ¿cómo saber si una primera cita te ha
ido bien? ¿Todo lo anterior te garantiza que ese chico te volverá a llamar? No,
la verdad es que nunca se sabe y siempre queda esa pequeña incertidumbre, de
hecho si no vuelves a saber de él te preguntarás qué fue lo que no le gustó o
si hiciste algo mal. Bueno, puede que el destino te tenga reservado algo mejor
pero como no sabrás cuando llegará, sigue intentándolo porque llegará un día en
el que esa primera cita se convierta en una de las muchas que tendrás con la
persona que formará parte de tu vida.
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