El
próximo fin de semana tengo una cita y no sé qué ponerme. Es un chico que he
conocido por internet, hablamos mucho y hace unos días me propuso quedar para
conocernos y no lo dudé. La verdad es que estoy algo nerviosa pero sobre todo
intrigada por cómo será en persona porque, aunque nos hemos visto por foto,
realmente no puedo saber si será simpático, hablador, tímido… hasta que nos conozcamos. Al menos es de los que sí
tienen interés en tener una cita porque, por lo visto, hay hombres que
prefieren un fin de semana de sofá, manta y película que quedar con una mujer,
al menos eso es lo que aseguran en la revista masculina GQ. En uno de sus
artículos, afirman (y están de acuerdo…claro) que el hombre del siglo XXI de
unos 30 años de edad (vamos, entre los 30-40 diría yo) prefiere quedarse un
viernes en casita, con su mando a distancia, su pijama de hace 15 años con
agujeros, sus zapatillas de andar por casa viendo la televisión que acicalarse
para una cita, es más, en su titular apostillan que el sofá y la película es
mucho mejor que acostarse con alguien. Después de leer el artículo me quedo con
cara de sorpresa y me pregunto… ¿esto va en serio? Ummm, no estamos en el día
de los Santos Inocentes ¿no? O yo vivo en otro mundo o tengo la sensación de
que los hombres han perdido fuelle, motivación y ganas. De acuerdo que en la
época de nuestros padres y abuelos las cosas eran muy distintas, el concepto de
la mujer era bastante sencillo (ama de casa y se acabó) y se aguantaba todo,
quizás demasiado. No voy a entrar en el debate de las diferencias socio
culturales de dos épocas, sólo puedo asegurar que los hombres de antaño tenían
mucha más hombría de la que hoy en día muestran las nuevas generaciones. Y
siguiendo con el tema de artículo, desmenuzaré punto por punto todo aquello que
dicen que es tan fabuloso.
Comodidad:
Según parece, el pijama gana a todo lo que pueda suceder porque todo se puede
hacer en pijama mientras que arreglarse para una cita exige ponerse los
llamados “calzoncillos de triunfar”. Pues bien, para nosotras tampoco es cómodo
llevar tacones para que el culo nos haga más respingón, llevar un vestido lo
suficientemente aparente para llamar su atención o pasarme más de una hora
peinándome y maquillándome para estar atractiva. Hacemos esto por dos cosas: 1)
porque si nos ponemos guapas nos sentiremos guapas y 2) porque queremos gustar
y una imagen vale más que mil palabras. Evidentemente, también hay que
mencionar que depilarse es un rollo, un hombre puede que se afeite a diario
pero nosotras nos depilamos prácticamente enteras y ¿sabes? Eso no es cómodo
precisamente. Hacerse las cejas tampoco y mucho menos usar “lencería de
triunfar”, es decir, tangas y sujetadores de lazos y encajes que serán
preciosos a la vista pero pican o molestan. ¡Ah! Llevar un hilito de tela que
separa mis dos nalgas… pues no es lo que yo consideraría como el sumun de la
comodidad ¿eh? Porque a mí también me gustaría poder llevar unas bragas de
color carne o estar con mi pijama de ositos, con una coleta mal hecha y
despeinada y con la cara lavada.
Tiempo:
Supuestamente se gasta mucho tiempo y esfuerzo hasta llegar al objetivo de
tener sexo, ya que se tienen expectativas muy altas, mientras que con la
mantita y peli el tiempo invertido es escaso. Queridos amigos, ¿nunca habéis
pensado que has perdido dos horas de vida en una película mala? Pues igual que
una cita te puede salir rana, una película puede generar unas altas
expectativas y luego ser el mayor bodrio de la historia. Además, si tu tiempo
vale, el mío también, y probablemente en mi casa, mientras intento no
enfundarme en unas medias sin que se rompan, yo también esté perdiendo el
tiempo si es que me parece insulso, aburrido o baboso. Y por supuesto, si en la
cama no se porta como debería, no cumple, me deja a medias o no da la talla,
también estaré perdiendo el tiempo porque entonces, ¿para qué me he depilado y
puesto mi tanga maravilloso si se pone a roncar a los 5 minutos?
Ahorro:
Salir supone un gasto se mire por donde se mire, salgas con amigos, con tu
familia o para una cita. Antaño se llevaba eso de invitar a la chica, algo que
ahora está cada vez más en desuso, pero pague quien pague a mí también me
supone un gasto: gasto perfume, gasto maquillaje, gasto los zapatos para
ocasiones especiales, gasto tiempo (ya lo hemos mencionado) y gasto dinero, no
sólo por desplazarme sino por las cosas que tengo que comprar o reponer cuando
se gasten.
Nervios:
A nosotras también nos entran los nervios. No engolamos la voz, como dice el
artículo, pero no dejamos de pensar en la reacción que tendrá al vernos, los
temas de conversación a tratar, no meter la pata, si caeremos bien o si le
gustaremos. Según el artículo, una película aleja de la mundanidad y del
aburrimiento. Vaya, no sabía yo que conocer a personas de sexo opuesto era algo
mundano en las que las conversaciones sean artificiales y se consideren
conversaciones de ascensor. Tampoco sabía que se pudiera catalogar aburrido
conocer a alguien y no es que sea aburrido, es que la persona puede que no esté
en sintonía con nosotros. He tenido citas en las que no he estado a gusto, una
de ellas porque no hablaba nada y se producían silencios embarazosos, otra
porque se hacía el gracioso hasta el punto de quedar ridículo y alguna otra
porque sólo hablaba de sí mismo. Y todo eso sólo se ve in situ, no quedándome
en casita por miedo a aburrirme. Cuando conoces a alguien y sientes que todo va
fluido, lo que siempre se conoce como “hay química”, no hay lugar al
aburrimiento, es más, se te pasan las horas volando sin darte cuenta e incluso
te aguantas las ganas de ir al baño por no cortar la conversación. Así que, si
no estás a gusto en la cita, no es por culpa de la otra persona, simplemente no
conectáis y sólo lo descubrirás si tienes esa cita. ¡Ah! Un inciso, ya que
hemos hablado antes de expectativas y sexo, hay veces que el sexo puede ser
aburrido con un hombre que se cree que es un fiera en la cama o que lo está
haciendo estupendamente, mientras que miras el reloj cuando no se da cuenta o
finges un orgasmo para que se quite de encima.
Día
D: Por lo visto, el artículo nos hace creer que un hombre después de la primera
noche se plantea aspectos tan vitales como hacía dónde irá esto, si tiene que
volver a llamar, que no está preparado para una relación… y la mejor frase que
pongo literal “¡Pensé que me quedaba una semana de vida!”. Por partes. ¿Crees
que por tener sexo una noche eso te convierte en alguien especial? No cielo, te
equivocas. Hoy en día aún hay mujeres que ven el sexo como algo muy intimo, como
algo que supone una unión, sin embargo, gracias a la liberación sexual de la
mujer, para nosotras una noche loca es eso, una noche loca. Puede que te
apetezca repetir pero eso no implica que nos queramos casar con nuestro amante
o que ya consideremos que somos pareja, porque para eso, hace falta mucho más
que unas horas retozando. De lo que aún no he salido del shock es lo de la “semana
de vida”, ¿de verdad se tiene ese pensamiento de que una relación es una
cárcel? Pues si un hombre va con esa mentalidad, va de pena, porque una
relación no tiene que verse como algo que suponga una obligación o una pérdida
de libertad, una relación se escoge libremente y se mantiene porque uno lo
quiere y lo sano es poder mantener una vida independiente además de la conjunta
con la pareja. Por tanto, avivar esa mentalidad de mujer=cárcel lo único que
genera es perpetuar un concepto negativo que no debería de existir.
De
todo lo dicho parece que estoy en contra del plan “sofá+manta+peli” y ni mucho
menos. Lo cierto es que es un buen plan sobre todo en esos días fríos y
lluviosos de invierno y si además tienes compañía, mejor que mejor. En lo que
no coincido es en la comparación SOFÁ VS CITAS, si todos nos decantásemos por
lo primero la vida sería un poco insulta y aburrida y casi pareceríamos
ermitaños en lugar de seres sociables. En fin, yo estaré pensando durante estos
días qué haremos, donde me llevará y si saldrá bien la primera cita…¡qué
nervios!
Sofá, manta y peli..o fútbol, que aqui en España es el deporte por excelencia, algunos prefieren reunirse en casa con los amigotes para ver un partido..
ResponderEliminarEn mi caso también en contra de este plan..que además la caja tonta les embota y como hasta Mayo no acaban los partidos hasta les vuelve insociables.
A diferencia que a ti,ya ni me pongo nerviosa en las citas..la verdad es que eso de los tipicos nervios, hace años desaparecieron...y cuando la he tenido,la cita de café incluida..o cena, el tio me ha aburrido, con su monólogo, de eso no hace mucho, en Guadalajara..puff que tostón sólo hablaba el..y yo deseando que acabase para irme..que sufrimiento de cincuentón..la verdad, para ser sincera es que ya no aguanto casi nada..debe ser que estoy de vuelta de todo y como Meryl Streep..ya no tengo paciencia..para determinados especímenes.
Lo de que que una relación es una cárcel..muchos asi lo piensan,y de eso me sé de uno..que amigas como un harém queria tener..pero no atarse a ninguna, por que bastante escaldado como el gato de su matrimonio salió..más que gato..era de antílope( ya me entiendes la c...),y cree que todas son de la misma condición..ese con esa mentalidad intuyo lo que será su vida en unos años.
En mi caso..las citas con uno las voy descartando...ahora me apetece grupos de fotografia, en los que conoces a gente que aficiones comunes..intercambios opiniones, risas, aprendizaje tomas de encuadres de fotos..y con alguno siempre habrá algún feeling..no crees?.
En todo caso...la vida es un constante movimiento..que desde luego con sofá,pijama, manta y TV..no hay nada que hacer...y es que ellos son más vagos, todo hay que decirlo.
Muy buen post !!..
Un abrazo.