¿Fidelidad? ¿Amor para toda la vida? ¿Amor
verdadero? Parece el guión de una película romántica o de un cuento de hadas, o
ambas cosas, como ocurría en la famosa película "La princesa
prometida", donde promueven la idea de que el amor lo puede todo y que existe
ese amor sincero para toda la vida. Pero este sueño ¿puede ser real? ¿puede
llegar a cumplirse? No es por ser pesimista pero en la época en la que vivimos
actualmente lo veo muy complicado, demasiado diría yo. Y sin embargo, es lo que
todos buscamos, encontrar a esa persona ideal con la que compartir nuestros
días, nuestras noches y nuestro futuro por siempre.
Nuestro gran problema: el egoísmo. Sí,
admitámoslo, todos queremos mantener nuestra vida, nuestra independencia, que
nadie se entrometa en nuestras decisiones. Nos cuesta hacer algo por otros y no
queremos cambiar, es más, nos negamos a cambiar, a adaptarnos, porque nos gusta
nuestra forma de vida tal como está. Ahora el amor se hace más difícil porque
ninguno quiere ceder, en lugar de buscar la manera de que las cosas mejoren o
de trabajar en equipo, cada uno tira hacia su lado y ninguno quiere ceder
porque tenemos la idea de que "si tu ganas, yo pierdo". Lo malo es
que la cuerda acaba tensándose tanto que acaba rompiéndose por algún lado y
todos pierden. ¿Quién no ha tenido una
experiencia similar? Sin ir más lejos, yo misma, resistencia a adaptarse por su
parte y cansancio de esperar por la mía. Quizás fuese el miedo al compromiso
que tanto abunda en los hombres del siglo XXI, dificultad para adaptarse
llegada una cierta edad de madurez o simplemente el concepto
"compartir" se viera como antagónico de "independiente". Y
pasó lo que tenía que pasar, tiré la toalla aunque ambos queríamos estar
juntos. Ridículo ¿verdad? Pues esto es más típico de lo que parece, porque,
aunque las circunstancias hacen mucho, somos nosotros mismos los que ponemos nuestras
propias trabas.
Cuando se habla de Amor es inevitable hablar
de Fidelidad, ¿es posible? Vuelvo a ser pesimista aunque no me gusta serlo: hoy
en día la fidelidad es un valor prácticamente inexistente. La infidelidad
siempre ha existido, incluso en épocas pasadas: hombres que buscaban el calor
de otras mujeres cuando sus mujeres quedaban en cinta (o bien para evitar que
esto ocurriera), mujeres insatisfechas y faltas de cariño. Eso no ha cambiado
nada porque la verdadera razón para ser infiel reside en dos aspectos:
Monotonía y el Conformismo. Cuando en una relación comienza la apatía, el
aburrimiento, ambos integrantes se distancian tanto entre sí que llegan a
convertirse casi en extraños, sólo alguien con quien compartir la cama para
dormir pero se convierte en un trato más de compañeros de piso que de amantes.
Pero nos conformamos con lo que tenemos y aceptamos que las cosas tienen que
ser así, nos engañamos pensando que el amor evoluciona así, que eso es el
matrimonio/relación, que hay que aparentar por la unión familiar...y muchas más
excusas que nos decimos a nosotros mismos implemente por no salir de nuestro
conformismo. Pero ¿eres feliz en una relación que no te llena? Seguramente no,
y cuando eso ocurre, tienes todas las papeletas de ser infiel ¿por qué? Porque
lo que tienes en casa ya no cumple tus expectativas y puede aparecer un tercero
que sí las cumpla, momento en el que empiezan las dudas y el peligro. En la
actualidad, el peligro de infidelidad es mayor debido a la tecnología: redes
sociales, webs para solteros, webs que fomentan las relaciones extramaritales,
webs para ligar, moviles, skype...
Y es que ahora aguantamos mucho menos.
Hombres y mujeres nos hemos vuelto muy exigentes debido a las experiencias
pasadas y por eso somos tan reticentes a ceder. Nosotras, que ya no nos casamos
con el primer novio que tenemos, queremos que la otra persona no sólo colabore
en las tareas del hogar sino que sea parte activa en todos los sentidos porque
no se trata de hacer la compra, sino también de hacer la comida, no se trata de
jugar dos horas con los críos, sino de llevarles al colegio, vestirles,
acostarles, educarles. Ellos, que ya pueden estar independizados sin tener que
casarse, no aguantan los reproches, las escenas melodramáticas ni que les
pongan entre la espada y la pared, porque para eso prefieren estar solos sin
que nadie les haga sentirse culpables cada dos por tres.
El sexo fácil también influye en este tipo de
cosas, no sólo el sexo físico sino la posibilidad de encontrarlo. Ya no es
sorprendente ver unos pechos desnudos ni a un hombre totalmente destapado por
la web, es más, podemos encontrar artículos sobre sexo, consejos para mejorar
(muchas veces basados en la propia experiencia y no desde un punto de vista del
sexólogo profesional), imágenes y videos eróticos, compra on line de productos
eróticos... La tecnología nos ha permitido mayor acceso a esta información,
pero sólo hace falta echar un vistazo a la calle para darnos cuenta cómo ha
cambiado la sociedad debido a la moda. No sólo son las adolescentes las que van
enseñando más de la cuenta, mujeres adultas con escotes prominentes acaban
proporcionando sexo a cambio de un poco de cariño y luego se quejan de que sólo
las ven como trozos de carne. Una cosa es utilizar ciertas armas de seducción,
otra cosa es que a la primera cita acabes con las piernas abiertas, que si eso
es lo que buscas y lo tienes claro, estupendo, pero querer empezar una relación
desde el sexo a la larga no va a funcionar. Y puesto que tanto para hombres
como para mujeres el sexo llega a ser fácil, pierde novedad y el interés, es
más, hay hombres que en este tema están apáticos. Eso sí, si encuentran algo
que despierte su interés y les haga salir de la monotonía, no dudarán en
buscarlo, más aún si es algo prohibido.
Divorcios express, rupturas después del
verano, parejas que se pasan mirando el móvil mientras están juntos... el
panorama la verdad es que no resulta muy alentador ¿verdad? Y sin embargo, en lo
más dentro de nosotros deseamos, buscamos y anhelamos ese sueño del que tanto
nos han hablado pero hay que recordar que "los sueños, sueños son".
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