Ayer
me escribió mi amiga Graciela desde México, debido a la diferencia horaria es
complicado coincidir por Skype. En su mensaje me ponía al día de sus cosas y
entre ellas me comentaba su relación con su chico. Una de sus frases me resultó
muy familiar: “Mi novio no me hace caso ¿qué puedo hacer?”. Sí, parece que esta
sensación se produce más a menudo de lo que parece y en cualquier lugar del
mundo porque estamos viviendo una etapa de ¡dejadez masculina! Bueno, podríamos
llamarlo también individualismo o lo que es lo mismo MPSMC (Me preocupo sólo de
mis cosas)
El
MPSMC puede deberse a múltiples factores, algunos de ellos inevitables como
ocurre con el trabajo. Los hombres viven por y para el trabajo, más aún en el
momento tan crítico que estamos viviendo prácticamente a nivel mundial. Y es
que los hombres se pasan media vida trabajando porque cuando salen del trabajo
¿qué hacen?, pues trabajar desde casa. Incluso hay profesiones que exigen
disponibilidad los fines de semana, así que, no es extraño que acudan un
domingo a la oficina o tengan que pasarse el fin de semana completo resolviendo
cuestiones laborales. Como consecuencia, no les queda mucho tiempo para disfrutar y el poco tiempo que
tienen prefieren dedicarlo a descansar o a hacer cosas que no pueden hacer
cuando trabajan. Ante este panorama, sus respectivas parejas se ven relegadas a
un segundo plano y, como es de esperar, se enfadan ¿cómo luchar ante esto? Chicas, es
extremadamente difícil intentar que dejen sus responsabilidades laborales por
nosotras porque si en una balanza ponemos a su jefe y a su novia, por desgracia
el jefe sale ganando. Lo curioso de todo
es que la mujer se enfrenta a la vida laboral de una forma totalmente distinta,
no sé si será por nuestra actitud, nuestras cualidades o simplemente que somos
más polivalentes. El caso es que nos da tiempo a todo: hacer la compra, ir a
recoger a los niños, quedar con amigas… Y si tenemos pareja ¡vaya si sacamos
tiempo! Vamos, hacemos malabares para conseguirlo a pesar del cansancio y
esfuerzo que pueda suponer.
Sus
aficiones componen otra de las grandes
categorías del "Me preocupo sólo de mis cosas" y sus aficiones son
eso, suyas, no para compartir, bueno, no para compartir contigo que eres su
novia pero si con sus amigos que, debido a su trabajo, no puede ver tanto como
quisiera. ¿A tu novio le gusta pintar, tocar el piano, leer, escribir, arreglar
cosas, esquiar? Sea lo que sea, hará
todo lo posible por sacar tiempo para dedicarse a aquello que le gusta porque
no sólo disfruta haciéndolo sino que se desestresa. Y una misma se pregunta:
“¿Y yo no sirvo? ¿Por qué no me incluye en sus cosas? ¿No le gusto? ¿No quiere
pasar tiempo conmigo?”. Y estas preguntas traen como consecuencia desánimo y el
no saber cómo hacer para que esa persona que te importa te preste un mínimo de
atención. En cambio, nosotras queremos que participen en nuestras actividades
de ocio, de hecho, buscamos cosas nuevas para poder hacer juntos simplemente
porque queremos estar con ellos, aprovechar nuestro tiempo libre para estar con
ellos, ¿eso es malo? Cierto es que hay cosas que nos gusta hacer por nuestra
cuenta o con amigas o quedarnos solas
pero si es cierto que si algo nos gusta tenemos ganas de compartirlo y
si es con alguien que quieres, mejor que mejor.
Amigos
y Familia también entran dentro de sus prioridades. El poco tiempo libre del que disponen los
hombres que trabajan tanto es para disfrutar de sus amigos y su familia. En
este lote se encuentran los cumpleaños, comidas o cenas, viajes planificados…
¿Y tú dónde entras en su tiempo libre? Pues sólo en los pequeños espacios entre
medias, es decir, media hora para un café o una hora antes de ir a otro sitio,
vamos, pequeños huecos que te hacen sentir como que sólo te ofrece el tiempo
que le sobra y no porque realmente le interese pasar su tiempo contigo.
Como
mención aparte tenemos el “Hago lo que
me da la gana” y el “Simplemente despistado”. El primero está claro, digas lo
que digas y hagas lo que hagas va a dar lo mismo, él se interesa de lo suyo y
poco más y si en algún momento entras en sus planes es porque le conviene.
Penoso ¿no? Que tu pareja sólo te incluya por interés en lugar de por amor dice
mucho de él. Puede ser por cualquier cosa: dinero, trabajo, ocio… el objetivo
es aprovecharse del momento sin que eso suponga mucho coste (o esfuerzo) para
él, esto vulgarmente se llamaría ser un caradura pero como le quieres pues se
lo consientes. Con el segundo caso no
sabes muy bien cómo actuar, no lo hace a propósito pero… molesta, así que
intentas una táctica inicial de preaviso que, muy probablemente, no funciona.
El siguiente planteamiento es enfadarse pero no puedes o te dura poco porque
sabes que él es así, ¡si ni siquiera se acuerda de los cumpleaños! Y por
último, está el grupo “mixto” que es el que reúne todo lo mencionado, es decir,
trabaja mucho, se centra en sus aficiones, su familia y amigos suponen una
prioridad, no cuenta contigo y es despistado. En este caso podemos afirmar que
habrá muchas "mujeres al borde de un ataque de nervios".
En
cualquier caso y sea por el motivo que sea, cuando tienes la sensación de que
tu pareja no tiene interés en ti o te ignora te sientes mal, bueno, mal no,
fatal. Te sientes un cero a la izquierda en su mundo ¿Os habéis sentido alguna
vez así? Yo sí, y es triste porque es cuando te entran las dudas, la
incertidumbre e, incluso, llega a afectar a tu autoestima. Te planteas si es
eso lo que quieres o si debes dar una oportunidad, ¿qué hacer? La verdad es que
ni yo misma lo sé, aunque si me gustaría poder decir “Estoy aquí ¿eh? Y yo
también tengo mis cosas pero te dedico tiempo porque me importas”, aunque no
estoy segura de que esa frase provocase el efecto deseado, pues sería algo
momentáneo y él diría algo así como “sí, cariño, lo sé, son las circunstancias,
ya sabes… de verdad que me importas y ya verás como no vuelve a pasar”, pero
pasa. ¿Solución? Inicialmente paciencia, aunque muchas veces llegas al límite y
te queda muy poco para explotar.
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