miércoles, 23 de marzo de 2011

REAPARICIONES ESPONTÁNEAS

Ya es definitivo, lo dejo. Sí, tiro la toalla… porque ya no puedo más. Es que es superior a mis fuerzas y por más que intente comprenderlo, no puedo. Además, lo único que consigo es pensar en ello todo el tiempo, agobiarme y crearme quebraderos de cabeza innecesarios. ¿Alguien puede explicarme las apariciones espontáneas? A ver, si te has esfumado de mi vida sin decir ni siquiera adiós ni explicarme el por qué de tu huida… ¡para qué vuelves!

Yo llamo Hombres Houddini a aquellos que primero te han conquistado con su galantería y su buen trato, hombres con los que te sientes tan a gusto que no quisieras que el tiempo se pasase y con los que parece que les conoces de toda la vida. Sin embargo, tienen la habilidad de desaparecer cuando menos te lo esperas y sin darte ningún motivo. Esto te genera una gran confusión, además de desilusionarte y hacerte sentir la mujer más tonta por haberte creído toda su palabrería. Pero un día, sin más, ¡vuelven a aparecer!

Podemos distinguir dos tipos de reapariciones: el estilo Guadiana y el estilo Espontáneo. El Estilo Guadiana, igual que el río, es intermitente, unas veces se ve y otras no se ve. Un ejemplo claro es el del hombre que de buenas a primeras deja de dar señales durante tres meses y vuelve a interesarse por ti, un interés que dura unas dos o tres semanas, o incluso un mes, para después volver a esconderse y quedarse oculto otros meses más. Los periodos de interés y no interés se van intercalando sucesivamente y su duración no es fija. Hace unos días, me llama un chico del que no sabía nada desde hace ocho meses. No es la primera vez que lo hace, en una ocasión dejó de hablarme durante dos meses y a la siguiente aumentó a cinco para luego pasar a uno. Me dice que a ver si quedamos, que quiere invitarme a cenar, que se acuerda de la vez que fuimos al cine… Le dejo que hable y que se explaye pero ¿piensa que le va a funcionar? Sí, él lo cree, pero si ve que no funciona o quedamos una vez, ya ha tenido suficiente y se marcha igual que ha venido. Yo me pregunto… ¿Cuánto durará esta vez?

El Estilo Espontáneo es la reaparición en toda regla ya que resulta más sorprendente y, sobre todo, inesperada. Puede pasar mucho tiempo sin que sepas nada del muchacho y que de repente se acuerde de tu existencia. Es un hombre más bien seguro de sí mismo porque se piensa que vas a estar dispuesta a la propuesta que te haga. A diferencia del intermitente, no hay periodos, incluso puede que sólo aparezca una vez desapareciendo después de forma definitiva. Lo que tienen en común ambos estilos es que te tratan como si no hubiese pasado nada, el tiempo que ha trascurrido no ha pasado y hablan de cosas pasadas como si fuesen de ayer.

Otro posible caso: Hombre Huddini que se fue sin dejar rastro hace un año. Lunes, ocho de la tarde y recién salida de la ducha, ves que el móvil parpadea porque tienes una llamada pérdida de un número desconocido. “¿Quien será? Ya llamará”. Pasado un rato vuelve a sonar el teléfono y es el mismo número. Miras la pantalla del móvil con cara de extrañeza pensando que quien te va a llamar a estas horas y si lo coges o no, pero finalmente aceptas la llamada. Desde la otra línea una voz masculina familiar que dice: “¡Hola! Soy Ernesto, ¿Me recuerdas?”. Aunque pareces dudar realmente piensas: ¿Qué si te recuerdo? ¡Pues claro! Me invitaste a cenar, al teatro y pasé unas veladas muy intensas en tu casa pero el señorito tuvo miedo y te marchaste a la primera de cambio. Sin embargo, te haces la interesante… “ummm, pues… la verdad… no caigo”. Él se encarga de ponerte en antecedentes y comenzáis una conversación muy banal. Lo gracioso de todo es que se interesa por tu vida y por lo que has hecho en todo este tiempo hasta que vuelve al ataque: “oye, había pensado que si te apetece tomar un café y así nos vemos un rato…” Te sospechabas que algo quería y ahí lo tienes. Puedes decirle que sí al instante pero realmente eso es lo que quiere, así que mejor… “Sí, estaría bien pero esta semana imposible”. Probablemente intentará convencerte para quedar el fin de semana a lo que, por supuesto, dirás que tampoco puedes, que tienes un compromiso. De hecho, tienes el cumpleaños de una amiga. Sí, el cumpleaños de esa amiga que siempre dices que tienes cuando quieres poner una excusa para no ir a algún sitio, vamos, que la pobre tendría ya 60 años de tantos cumpleaños seguidos. ¡Vaya!, casi está en la edad de jubilarse, bueno aunque, tal y como están las cosas a lo mejor le toca esperar. Finalmente acordáis que te llame el domingo para confirmar. Y te llama, por lo tanto, tiene interés pero ¿hasta cuando le va a durar? Lo malo de quedar con los chicos del Estilo Guadiana es que ya estás con la mosca detrás de la oreja y no te fías, aunque, como buen hombre encantador, a las dos horas de estar con él, tus barreras han ido cayendo y vuelves a sentirte en una nube. Sin embargo, lo más probable es que vuelva a irse tan rápido y tan inesperadamente como había vuelto para no aparecer más o para hacerlo en un tiempo más largo, ¿dos años quizás? Y en dos años.. ¡la de cosas que pueden pasar!

Sean como sean, las reapariciones espontáneas siempre nos trastocan, nos descolocan tanto que no sabemos qué pensar. No quieres volver a hacerte ilusiones, ya comprobaste que no te conviene, pero entonces ¿para qué llama?, ¿quiere volver a utilizarme?, ¿realmente le interesa verme? A estas preguntas sólo podrás dar respuesta cuando pase lo que tenga que pasar porque las cosas suceden por algo y quién sabe, puede que el destino sí exista. ¿Le damos una oportunidad?