domingo, 18 de mayo de 2014

La curiosidad nos puede

Somos curiosos por naturaleza. Desde pequeños sentimos el impulso de investigar y saber y de adultos no sólo lo mantenemos sino que lo potenciamos. Es más, con las redes sociales somos más curiosos, ¿quién no ha mirado el estado de twitter, facebook o whatsapp de alguien sólo por ver qué pone o las fotos que publica? Seamos sinceros, lo hacemos todos.

 Ayer me enteré que una amiga se traslada a Francia por trabajo, que mi profesor de inglés se casa o que el chico que me gusta se fue de fiesta (aunque me dijo que no saldría). Muchas veces nos enteramos de cosas y las criticamos: "vaya pintas que se ha puesto", "menudo corte de pelo, le queda de pena", "como siga así, mal le va a ir", "pero como puede hacer ese comentario". Pero ojo, que aunque tú no lo sepas, habrá gente que haga lo mismo contigo. Mirarán tus estados del whatssap, tus horas de conexión o las fotos que subes al facebook. Pensarán muchas cosas sobre ti o darán por sentado cosas que no son ciertas sólo por un comentario que hiciste. Y es que, los comentarios son peligrosos porque se pueden interpretar de muchas maneras y, seguramente, el que lo lee no le da el mismo significado que el que lo escribe. A todos nos ha pasado vernos reflejados en una frase de alguien, bien porque es la típica frase filosófica que nos gustaría incluir en nuestras vidas, bien porque creamos que hace una referencia directa a nosotros, sobre todo si se trata de algún comentario de una amiga como por ejemplo "hay gente que te decepciona y no te lo esperas" y justo has tenido un problema con ella y piensas :"¿lo dirá por mi?". Y según cómo te pille contestas o no, realmente no sabes seguro por qué lo ha dicho pero te planteas contestar y escribes pero, en un momento de lucidez y antes de dar a "enter"... decides borrar lo que habías escrito y no decir nada... por si acaso. O ver una frase muy bonita en el estado de tu pareja, preguntarle si lo pone por ti y que te conteste "no, lo leí por ahí y me gustó". ¡Toma jarro de agua fría! Eso te pasa por preguntar y por pensar que eres el centro de la gente (que, hombre.. siendo parja.. al menos algo mejor podría decir).

Nos gusta fisgonear en la vida de nuestros amigos y conocidos y también de los ex o personas que nos atraen. Lo que nos lleva a conocer más información de la que nos hubiera gustado, haciendo realidad aquel refrán que dice "la curiosidad mató al gato". Un impulso irrefrenable te lleva a buscar el nombre de tu ultimo ex por facebook. En su momento le eliminaste para no saber de él pero después de un año quieres saber cómo le va y te encuentras con una foto de perfil de él con su pareja actual y les ves...¡casados! ¿Cómo? ¿en un año? Pero... ¡si a mi me decía que se estaba agobiando porque íbamos muy rápido y ni siquiera nos dio tiempo a vivir juntos! Sigues cotilleando y mosqueándote aún más: en su foto de perfil lees comentarios de sus amigos felicitándole o diciéndole que se les ve muy felices, que están muy guapos... y no falta el comentario de ella asegurando que están muy enamorados y el de él diciendo "te amo mi vida. Eres la mujer más hermosa que he conocido nunca". ¿Perdona? ¡Será cerdo! ¡Eso mismo me decía a mí! Y aunque el enfado aumenta por momentos, tanto que vas a estallar de rabia, sigues mirando y leyendo si es que no tiene restringidos la información que sus "no conctactos" puedan ver. Esto también sucede con gente que sí mantienes de contactos. Ese ligue que no borraste y que le ves en distintas fotos besándose con diferentes chicas o el chico que te vuelve loca que no para de hacer cosas y nunca te comenta ninguna foto que publicas ,principalmente, para llamar su atención.

Como he dicho, se critica mucho y muchas veces es la propia envidia la que provoca esos comentarios. A veces es una envidia sana: esa amiga que se va de vacaciones a las Maldivas o ese desayuno que le prepara su pareja. Pero otros muchas veces, se cotillea con mala intención, es más, hasta algún desconocido te puede escribir un mensaje grosero (es lo malo de perder en privacidad). Y digo yo, si tan mal caigo a esa persona... ¿para qué se molesta en escribirme? ¿Por qué no me elimina sin más? ¿Por qué pierde el tiempo en ver mi vida y no preocuparse de la suya? La verdad, no lo sé, pero sinceramente, me parece muy triste que haya gente así. Me recuerda a esas vecinas que se pasan todo el día en la ventana y saben todo lo que ocurre, no sólo en el edificio, sino en el barrio. Aunque también hay que decir, que hay a quien le gusta exhibirse, pregonar a los cuatro vientos sus éxitos, enseñar su prosperidad material (casa, coche...), vemos que sus vidas son perfectas pero nos equivocamos, ¡y mucho! Nadie tiene una vida perfecta aunque sí es cierto que hay personas que les gusta aparentar lo que no es o bien exhibirse para llamar la atención, pero como se suele decir "no es todo oro lo que reluce".

A lo que sí prestamos mucha atención es a cualquier comentario sobre alguien que te atrae. Una amiga da una fiesta en su casa, crees que va a ser un aburrimiento hasta que ves a un increíble hombre de ojos azules y le preguntas a ella quién es ese hombre misterioso. Por lo visto, tienes vía libre porque está soltero. ¿Soltero? ¿Una hermosura como él? ¡Imposible! Algo raro tiene que haber, así que, te pones a indagar bien cotilleando de grupo en grupo o directamente charlando con él. Y por supuesto, al día siguiente te metes en el facebook de tu amiga para buscarle entre sus amigos y cotillear sus fotos. "¿Le escribo?" te preguntas ansiosa, porque ganas no te faltan, el problema es qué va a pensar cuando vea tu mensaje. Otra forma de curiosidad es la no premeditada. Por ejemplo, en un restaurante los de la mesa de al lado hablaban lo suficientemente alto como para que te enteres de la conversación, en algunos casos típica discusión parejil y no puedes evitar escuchar. Aunque en algunas ocasiones, que hablen excesivamente alto llega a ser muy molesto, sobre todo si vas en transporte público intentando leer o echar una cabezadita.


Somos impulsivos y es imposible no querer saber sobre los demás y en realidad, la curiosidad no es mala, solo que a veces nos equivocamos al usarla en otros contextos, dando lugar a malos entendidos o interpretaciones erróneas.