viernes, 31 de diciembre de 2010

Se nos va otro año

Se va, nos abandona como todos los demás y nos deja libres ante nuestro destino incierto. Se pasaron los buenos momentos de risas y alegrías, de ratos con amigos y de cenas con velas. ¿Recuerdas aquellas horas que no querías que pasaran? Cuando mirabas el reloj deseando que no se moviesen las manecillas. Esos cinco minutos más en la cama, esos desayunos con mantequilla y mermelada. Miles de momentos mágicos que quedan en nuestro recuerdo, diluidos en nuestra mente como los colores en una paleta. Tonalidades rojas, verdes y azules para la ilusión, grises, marrones y negros para el desconsuelo, pero todos ellos formando el cuadro de nuestra vida.

También se van los días de tristezas, llantos y problemas. Esos ratos de insomnio, de agobios en la cabeza o que no salgan las cuentas. Hemos buscado soluciones para cada uno de nuestros dilemas, a veces con atajos y otras haciéndoles frente ¡qué remedio! Miramos atrás y hemos superado los obstáculos que parecían insalvables porque, a pesar de todo, contamos con la fuerza de querer salir adelante. Adiós a las penurias, adiós a las calamidades que ahora empezamos a andar como niños, primero gateando y luego con más seguridad, a paso ágil y firme.

Decimos adiós a quienes en el camino nos dejaron. Cansados de luchar y agotados por el peso de los achaques, decidieron embarcarse hacia otros lugares lejanos. ¿Qué será de ellos? ¿Estarán bien acomodados? Nosotros cogemos el relevo y vamos siguiendo sus pasos hasta que un día los encontremos y serán ellos los jóvenes que nos sujetaran del brazo.

Algunos quisieron irse de nuestro lado en busca de nuevas aventuras y tesoros porque el premio que desean no se compra con caricias ni besos. La libertad es su brújula y la palabrería su velero. Corre, corre pero a ti también se te acaba el tiempo. Ya encontrarás nubes negras en el trayecto y la tormenta inundará de tristeza tu mirada, pues todos somos piratas y todos somos marineros y el día que destruyan tu barco recordarás con anhelo aquella vez que subiste a una hermosa fragata. También ha habido amigos que mucho nos adulaban y que por las circunstancias de la vida se quitaron sus máscaras. A esos que no nos quisieron y que no supieron estar a nuestro lado, que se los lleve lejos el mar, la arena y el viento. A cambio, ha habido gente que ha entrado en nuestra vida que nos ha traído aires de esperanza y optimismo. Para ellos, gracias por compartir agradables veladas, gracias por escuchar, sonreír, abrazar, simplemente gracias por estar ahí.

Despidamos el año con felicidad porque un nuevo camino se abre ante nosotros. Crucemos el umbral de este inmenso palacio y pensemos que aún nos quedan 365 días para descubrir todas sus estancias y todos sus secretos.

FELIZ AÑO 2011

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