jueves, 20 de septiembre de 2012

Qué NO hay que hacer cuando te gusta un hombre

Magia. Eso es lo que todas desearíamos poder hacer cuando nos interesa un hombre, un conjuro que te ayude a conseguirle para siempre o tener una bola mágica que diera respuestas a todas tus dudas. Pero como lógicamente los sentimientos no son un simple juego de cartas, eso es algo prácticamente imposible. Lo que si buscamos ansiosamente es qué hacer cuando nos gusta un hombre, queremos una guía que pueda indicarnos la forma correcta para conseguir no sólo interesarle y llamar su atención, sino formar parte de su vida y que él forme parte de la nuestra. Lo malo es que tampoco lo encontramos porque esa guía no existe por un simple motivo: cada persona es un mundo y lo que te sirvió con un hombre puede que no te valga para otro. Entonces, si esto es así ¿qué solución hay? ¿Nunca encontraremos la clave para gustar a la persona que te interesa? Seguramente nos quedemos sin una respuesta clara ante estas preguntas pero hay algo que sí es común, los errores, es decir, lo que NO hay que hacer cuando nos gusta un hombre.

Confesarle tus sentimientos antes de tiempo: Nuestra manía de la comunicación y de expresar lo que sentimos nos hace pecar de imprudentes y decimos lo que pensamos demasiado pronto. Recuerdo la cara de un amigo cuando me pidió consejo: la chica que había conocido hacía una semana le había soltado la preciosa frase de “eres el hombre de mi vida”... seguido de un suspiro. ¿El hombre de su vida en una semana? ¡Madre mía! En dos meses ya tendría preparada la boda y al tercero ya sabría los nombres de los niños. Esto genera agobios y una más que posible huida.

Nada de llamadas ni mensajes desesperados: “Te echo de menos”, “Tengo ganas de verte”, “Nunca he sentido algo así por alguien”… este tipo de comentarios te sitúan en la zona roja. Es decir, te dejan en STOP como en un semáforo porque eres como un deportivo, que pasas de 0 a 100 en milésimas de segundo, y una cosa es que les guste el riesgo, pero otra muy distinta es ir sin frenos a esa velocidad. Ni que decir tiene que tampoco vale ponerse en contacto con él varias veces al día sólo para saber qué está haciendo. ¿Acaso quieres que piense que eres una psicópata o una acosadora? Si llamas tanto puede que en lugar de aparecer tu nombre en la pantalla de su móvil lo que aparezca sea un “No descolgar... pesada”.

Nuestros peores enemigos, la impaciencia y los pensamientos negativos: En momentos de incertidumbre nos convertimos en mujeres impacientes y actuamos por impulsos, dejándonos llevar por pensamientos catastrofistas, más aún cuando se produce durante el Síndrome Premenstrual. Cuando te ocurre esto, empiezas a verlo todo muy negro, que no ha valido la pena ese tiempo, que has sido estúpida por no darte cuenta, que ya está todo perdido… Vale, puede que las cosas al final no funcionen, pero seamos un poco realistas, tenemos que aprender a controlarnos pero ¡qué difícil es!

Sin noticias… ¿Qué hago?: Si estás en este momento, seguro que por tu cabeza ya ha pasado el pensamiento de no querer agobiarle y por eso has intentado no ponerte en contacto con él. Sin embargo, sigues sin noticias y pasado un tiempo que consideras prudencial, o bien le llamas e intentas estar normal si acosarle a preguntas, o bien le escribes con un mensaje sencillo para saber qué tal está… pero no hay respuesta. Dudas si volver a intentarlo o darlo por perdido, quieres hacerte la dura pero realmente tienes unas ganas locas por saber de él y “¿Qué hago?”. Nada, no hagas nada. Ya has hecho suficiente, has intentado ser amable y ya le has mostrado cómo eres. Ahora la pelota está de su lado y si no sabe apreciar lo que tiene delante, es que no te merece.

Ok, le ignoro: Cuidado, esto es un arma de doble filo. Si le ignoras demasiado puede que él se canse y se aleje de verdad. Pero plantéate si realmente eres capaz de ignorarle del todo, porque seguro que vuelves a caer en la tentación. Hasta que no te sientas lo suficientemente “desenganchada” de él, no podrás seguir tu vida sin que pase por tu cabeza. Si decides pasar, hazlo pero no busques excusas que justifiquen contactar con él.

El amor engancha: Sí, no sé por qué pero el amor nos hace dependientes y si la dependencia en general no es buena, en este caso es nefasta, no sólo dejamos de ser nosotros mismos sino que lo que conseguimos es que se sienta acorralado. Queremos hacer todo con él, pasar el mayor tiempo posible juntos e incluso a veces intentamos pensar por él o como lo haría él. Esto provoca que abusemos de frases del estilo de “¿cuándo vienes?”, “¿cuándo nos vemos?, “¿me llamas mañana?”, puede que tú intención sea buena pero si son muy recurrentes, le atosigas y le quitas parte de su espacio, y tú te quitas del tuyo, claro. Bueno, pasarse de independiente tampoco es un buen recurso, dicen que la virtud está en el término medio, la cuestión es encontrarlo.

Te lo doy todo… te doy mi vida: Mal, muy mal… es un concepto erróneo pero bastante recurrente, y no sólo abusamos de él las mujeres ¿eh? Mi abuela decía “no se lo des todo a un hombre”, y que sabías palabras pero, por supuesto, pocas veces lo he puesto en práctica. Pero ¿Por qué? ¿Por qué nos pasa eso? No entiendo que nos podamos desvivir tanto por una persona que muchas veces no sólo no conocemos tanto sino que incluso ¡no valora lo que hacemos! Lógicamente todo el mundo estará pensando en el típico “no te acuestes con un chico en la primera cita” (o muy pronto) y, por tonto que parezca, es verdad. No sé si nos verán más fáciles o bien que ya han conseguido su objetivo y pierden interés, pero una cosa es cierta, cuanto más nos cuesta conseguir algo, más luchamos por tenerlo y más empeño y esfuerzo ponemos en conseguirlo. Pero no sólo es una cuestión física, el concepto de “Darlo todo” también incluye: dar todo tu cariño, comprensión, ternura, pasión, amistad, alegría. Incluso das tu tiempo porque quieres darlo, das tu apoyo porque crees que debes darlo, das consuelo porque te gustaría que te lo dieran a ti si estuvieras así… en pocas palabras… te interesas por el otro. ¿Y qué pasa cuando no es recíproco? Pues que te decepcionas, te quejas de que el otro no te ha valorado y te sientes mal. ¿Solución? Valórate más y deja que te descubran poco a poco porque el que tenga interés te conocerá, el que quiera verte, te verá a pesar de lo ocupado que pueda estar, el que quiera dedicarte su tiempo, te lo dedicará y todo ello sin que tú tengas que pedirlo. ¿Fácil? No, por supuesto que no, pero no perdemos nada por intentarlo.

Estos sólo algunos de los errores de todos los que hay. Lo importante es no volverlos a repetir, y a pesar de todo, caemos una y otra vez en ellos. ¿Alguien tiene un antídoto para este veneno al que llamamos Amor? Yo de momento no lo he encontrado… habrá que seguir buscando.

3 comentarios:

  1. mira que las tías lo complicais todo...es amor no fisica cuantica

    ResponderEliminar
  2. no sera fisica cuantica pero es que no somo como vosotros que pensais con el pito

    ResponderEliminar
  3. El ser humano es complicado por naturaleza ;)

    ResponderEliminar