Es curioso, pero cuando necesitas algo no lo tienes y justo cuando no
lo necesitas, te sobra. El papel higiénico es un buen ejemplo, en el momento
más inoportuno se acaba el rollo de papel y no tienes otro a mano, buscas en
los cajones o armarios del mueble que tienes cerca y nada. Sin embargo, cuando
necesitas espacio para guardar otras cosas de aseo como el secador, las
compresas o el neceser de viaje ¿qué es lo primero que encuentras? Rollos de
papel higiénico apilados a un lado y que ocupan más de la mitad de la balda y
no puedes guardar muchas más cosas. Sin embargo, hay productos que no se agotan nunca como es el caso del
cacao labial, a día de hoy no he conseguido terminar uno. En la nieve, de
viaje, en la playa, en la montaña... da lo mismo, dos años después sigues
teniendo el mismo cacao labial. Cuando era pequeña me compraron el LIPOSAN
rosa, y yo tan feliz porque como daba algo de color, imaginaba que era mi
pintalabios y así pensaba que era más mayor. Esa misma barra de cacao rosa para
los labios, aparecía prácticamente intacta unos 7 años después, cuando ya tenía
la edad de usar labiales de mujer que me dejaban los labios incluso más rojos.
Otra característica peculiar de este producto es su indestructibilidad, es decir,
no se rompe, ni la tapa ni la propia barra. Toda mujer que use carmín, sabe que
con el uso las barras de labios, se deforman o se parten, los cacaos labiales
siempre están de una misma pieza y aunque haga mucho calor, no se deshacen. Una
pena que los pintalabios no los hagan del mismo material.

Y seguimos con más cosméticos: las sombras de ojos. Tengo más de cinco
estuches de sobras, unas son claras, otras son mates, otras con brillos. En
unos predominan los tonos marrones mientras que otro es específico para crear
looks ahumados con tonos grises o negros. No he terminado ninguna de ellas, de
hecho, hay algunas sombras que están intactactas, bien porque las uso menos o
porque no las utilizo nada. En las más frecuentes se forma un pequeño círculo
en el centro ya que es por donde más pasas el pincel pero aún así, pueden pasar
meses y sigues teniendo sobra de ese color en el reborde. ¿Cuando se acaban?
Justo cuando, por accidente, se te cae el estuche al suelo y todas las sobras
se salen de su sitio y se deshacen en pedacitos. Lo malo de esto es que siempre
se rompen las que más usas, es decir, esa con el círculo en el centro es la
primera que se desintegra en el proceso de la caída, por tanto, no te queda más
remedio que comprar otra con ese mismo color y con ello, un nuevo estuche de
sombras. Otros productos de belleza
inacabables son las cremas de manos, pies y solares. Un porcentaje mínimo de
mujeres consigue terminar un bote de crema de manos, y eso que son manejables
para llevarlos en el bolso. En el caso de las cremas para pies y solares solo
las usamos en verano así que al final pueden durar más de un año.


Por el contrario, hay muchas más cosas que duran mucho menos. Por
ejemplo, las baterías de los móviles, ahora los móviles son tan modernos y
hacen tantas cosas que necesitas cargarlos a diario, al igual que las baterías
de los ordenadores portátiles que sin red pueden duran unas horas, con suerte y
si es nuevo pero con el uso al final no llega ni a la hora. También hay productos que
desaparecen muy rápido como las toallitas desmaquilladoras o los discos de
algodón, el acondicionador del pelo que siempre se termina antes que el champú,
la pasta de dientes o las tiritas en verano por culpa de las rozaduras
constantes de las sandalias. En la cocina siempre nos falta algo: aceite,
huevos o patatas son los habituales, café y leche cuando se te olvida
incluirlos en la lista de la compra, y el jabón de la lavadora justo cuando se
te junta un montón de ropa sucia.
Anda que si esto mismo se pudiera decir de las relaciones ¡sería
fantástico! Poder conocer a alguien y pronosticar el tiempo que va a durar
vuestra amistad o amor. Por ejemplo, esa gran amiga que un buen día te deja en
la estacada, sería de gran ayuda pronosticar su juego sucio y así evitas perder
tiempo y poner la confianza en quien no lo merece. ¿Y con los hombres? Conocer
a un hombre y saber que lo vuestro solo durará una semana, dos años o justo es
el hombre de tu vida. ¡La de desengaños que nos evitaríamos! Pero esto es una
mera fantasía muy lejos de la realidad, bueno, más bien una quimera, así que de
momento voy a ver si saco partido a ese pintauñas rojo que aún no he terminado.