
Por una razón que no logro
entender, pasamos más tiempo pensando en el pasado y en el futuro que centrándonos
en el presente. Vivo ejemplo de ello son muchas de mis amigas que continuamente
se empeñan en rememorar el pasado, sobre todo lo negativo, y hacer miles de
planes a futuro que acaban quedando en sus fantasías. Mi amiga Liliana cada vez
que conoce a un chico nuevo le aplica actitudes y comportamientos de los
hombres con quienes ha tenido malas experiencias. No se da tiempo a conocerles,
empieza a agobiarse y a dar por hecho que las cosas son como ella las ve.
Muchas veces me dice “¿ves? Te digo que está pasando de mi, está claro”. Por
otra parte, otra de mis amigas sigue sin superar la ruptura con su ex después
de dos años y le sigue teniendo en la cabeza. A ver, siempre es complicado y cada uno
tenemos un tiempo para asimilarlas, a unos más a otros menos, pero nunca se va
a superar si día si y día también se rememora el pasado, de esta manera no se
consigue avanzar. Esto demuestra que el Amor es el que más tiempo se queda anclado
en el pasado pero también nos sucede con otros aspectos de nuestra vida. Puede
que nos arrepintamos de no haber hecho algo (los famosos “y si hubiera”), que
pensemos en amistades perdidas, que sintamos remordimientos por algo que
hicimos mal... Evidentemente recordar el
pasado no siempre es malo, también nos hace recordar buenos momentos vividos o
a personas queridas pero lo realmente importante es la forma en la que vamos a
asimilar esas experiencias pasadas.

Con todo ello, dejamos de lado al
presente y, mientras nos centramos en el pasado y en el futuro, nos perdemos
muchas cosas que nos están ocurriendo “Aquí y ahora”. También lo que nos está
pasando es que hacemos las cosas de forma rutinaria, simplemente porque hay que
hacerlas, y cosas que a lo mejor antes nos gustaban ahora las hacemos con
desgana o hemos dejado de hacerlas por falta de tiempo, cambio de
circunstancias, cambio de prioridades… El caso es que nos abandonamos poco a
poco y perdemos oportunidades de disfrutar, de vivir, de sentir.
Yo soy la primera que cometo
todos estos errores y por eso en lugar de apuntarme a cursos de Mindfullness,
me he apuntado a clases de Yoga y voy progresando. Centrarme en la respiración
y en cómo se encuentra mi cuerpo en esos momentos no sólo me ayuda a liberarme
de todo el estrés sino que me relaja tanto que me ayuda a conciliar el sueño
por las noches con más facilidad que antes. Mi siguiente reto es mantener el
“Aquí y ahora” en todos los aspecto de mi vida. Y vosotros ¿os animáis a
intentarlo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario