domingo, 17 de enero de 2010

Ya te llamaré

Hay veces que me entran ganas de tirar el teléfono al suelo, ¿no os pasa? Si ya de por si en la oficina no paras de coger llamadas mientras te interrumpen en cosas urgentes que tienes que entregar, el móvil tampoco deja de sonar. Incluso el fijo y el móvil llegan a ponerse de acuerdo, ¿cuál coges primero? Con situaciones así no sólo el estrés aumenta, es que te alteras y se te acumula una tensión en la cabeza que desearías ¡¡¡gritar!!!
 
Eso si, cuando esperas una llamada importante o estás deseando que tu nuevo churri te llame, no hay manera… que no suena. Te pasas mirando la pantalla del móvil cada dos minutos, compruebas que lo tienes encendido, con batería y con sonido. También lo paseas por toda la casa. Estas limpiando la encimera de la cocina, subida a la escalera, con un pañuelo en la cabeza que te sujete el pelo y con esos guantes amarillos tan poco eficaces para agarrar cosas… y ahí lo tienes, en la mesa bien visible y miras de reojillo a ver si suena. Vamos… ni que con eso mandases vibraciones al que te tiene que llamar… Lo preocupante, es que si sonase, tendrías que bajar con cuidado la escalera, quitarte los guantes mojados y secarte las manos antes… aunque con los nervios, te saltas un escalón y te caes, los guantes mojados hacen que te escurras por el suelo, intentas coger el teléfono con los guantes pero son tan gruesos que no palpas bien los botones. Desesperada, quieres quitarte uno… pero no sale!!! Intentas dar al botón de descolgar con la punta de la nariz o incluso con la lengua… ¿Diga? Diga?? Hale… que te han colgado. Ese ansia de que te van a llamar en cualquier momento, hace que te lleves el teléfono al baño, pero… ¿que vas a hacer si te llaman? Si estás duchándote, ¿vas a salir con el jabón por todo el cuerpo? Y si estas con las braguitas en los tobillos… ¿cómo dejas de hacer ruido? Y si lo coges… ¿tiras de la cadena? Sin embargo, la obsesión es tal que nos compramos una batita para estar por casa o una sudadera… ¡¡con bolsillos!!
 
Pasan las horas... y sigue sin sonar. Da igual que quien te tenía que llamar fuese tu madre o tu amiga que te dijo que ibais a quedar para ir al cine y aún sigues esperando, te va a molestar igual. Eso si, las peores llamadas, siempre son las del sexo opuesto.
 
Esa odiosa frase, que te retumba en los oídos, que te atormenta y se mete en tu cabeza cada vez que miras la pantalla. “Ya te llamaré”… ya te llamaré, ya te llamaré… mañana te llamo… el viernes te llamo y quedamos, hoy me va a ser imposible… ¿te llamo mañana cuando terminé y nos vemos por la tarde?, estoy liadísimo, te llamo luego ¿vale?... ¡¡¡No!! Yo no quiero que me llamen luego, quiero hablar AHORA que para eso he llamado y 5 ó 10 minutos no es mucho tiempo para dedicar a una mujer. De hecho es poco tiempo, pero a estas alturas, no se puede ser exigente.
Ay…. Suspiras y no te queda más remedio que aceptar posponer la conversación para más tarde. Antes lo creías a pies juntillas, dabas por seguro que así sería, y claro, el chasco y la decepción eran más grandes. 17 años, ese chico del instituto que tanto te gusta… ¡te ha mirado! Bajas la mirada, notas el calor en tus mejillas e intentas reprimir una tonta sonrisa. A la salida, te está esperando apoyado en su moto y no sabes como contener la emoción cuando te pide el teléfono. Vas corriendo al grupo de tus amigas, chillando por lo bajinis y diciendo a un grupo de adolescentes igual de emocionadas que tú “¡me ha pedido el teléfono! Vamos a quedar mañana!”. Esa tarde no te llama, el viernes no va al instituto, te desesperas porque no sabes que hacer, no quieres planear nada porque te mueres de ganas de estar los dos solos. 8 de la tarde… finalmente quedas con tus dos mejores amigas y estallas en un doloroso llanto “¿por qué? ¿Por qué no me ha llamado? No lo entiendo… si me dijo que me llamaría…”
 
Ahora con unos cuantos años mas, (no muchos más eh??) un “ya te llamaré” sigue siendo igual de incomprensible pero lo dejas al azar. ¿Llamará o no llamará? Esa es la cuestión. Lo que si se mantiene, es la emoción, es inevitable aunque cueste reconocerlo. Porque, el muchacho en cuestión, ya te ha encandilado. Te gustan sus ojos, sus labios te pierden y sus manos…. ¡qué manos! ¡Y qué brazos! Ummm… y ¡qué trasero! Y además de atractivo, bueno, al menos para tu gusto, ¡tiene una conversación fluida y con sentido del humor! ¡Todo en uno! Vamos… que te ha tocado la lotería.
Al verle se te ponen esas cosquillas en el estómago y cuando se va… no paras de pensar en cuando podréis volver a quedar, volver a hablar, volver a hacer bromas con las frases chistosas del día que os visteis.
 
Te dijo que te llamaría y piensas que sí, que esta vez si será cierto. Las dos citas anteriores fueron estupendas y os pasasteis más de dos horas hablando sin parar en aquel sitio de cocktails. Ehhh… todo hay que decirlo, que después de 3 mojitos cada uno… El caso es que has notado… ese algo especial, y no sabes si fue por el efecto de las bebidas o por sí mismo, que te plantó un beso que te quitó el sentido… al menos por eso, ya hay un aliciente para quedar ¿no? ¡AHHH! ¿Y si no le ha gustado el beso? Que no, que no…que eso no puede ser…
 
En fin… que el “ya te llamaré” de la última despedida... está durando ya una semana. Buscas cualquier excusa para cubrirle y piensas que es por trabajo. Claro, ha tenido una semana de reuniones o de visitas a clientes y ha acabado tardísimo. También puede que le haya surgido un viaje de trabajo o… ¿no decía que tenía un congreso? Pero ese “te llamo” sigue acosándote una y otra y otra vez. Si no lo va a hacer, ¿para qué me lo dice? Él queda mejor y una no se hace ilusiones tontas, además de no perder el tiempo ni arriesgarse a acabar en el suelo haciendo las cosas de casa. Pero no, te lo suelta para cumplir y ¡hale!, ya tienes para comerte la cabeza un rato.
 
Lo que ellos no saben, o lo saben y por eso lo hacen, es que el ya te llamaré provoca estados de ansiedad e inseguridad. ¿Qué dije que le haya sentado mal? ¿Acaso no tendría que haberle contado que duermo desnuda? ¿Habré sido insistente en algo? Puede que sea cuando le toqué el culo cuando estábamos en el bar… umm… bueno, ahí ya nos habíamos dado unos cuantos muerdos, y era de forma cariñosa… ¿le habrá incomodado? A ver si es que no le ha gustado el sitio al que le llevé o que piense de mí que soy una cotorra. Pensamientos cada vez más absurdos pero que no dejan de pasar por tu cabecita como pequeños intrusos que quieren hacerse con el poder de tu mente.
 
Nos obsesionamos y, como cuando teníamos 17 años, llamamos a nuestra mejor amiga, a esa amiga que le contactes, con pelos y señales, aquella tórrida velada que empezó en el coche y terminó en la cama. Bueno… la verdad es que pelos no, el chico era de los que se depilaban y señales… unas cuantas: arañazos en la espalda, pequeños mordiscos en el labio inferior, algún moratón…. Es que… el coche tiene su morbo pero carece de comodidad, te clavas el freno de mano en la rodilla y el enganche del cinturón de seguridad del asiento trasero acaba dejándote una huella en el costado…
En fin… que tu amiga escucha tus angustias de más de media hora y te aconseja, sabiamente, que pases del chico, que no merece la pena pensar más en el, que él se lo pierde, que seguramente volverá a querer quedar pero que le ignores, que hay más hombres y más guapos, que conoce a un amigo de su novio que es estupendo y con el que pegarías mucho… Todo esto no te va a ayudar a dejar de pensar en él, pero al menos, te desahogas.
 
Y, pasados 4 ó 5 meses… vuelve a aparecer, como ya adivinó tu amiga. En esta ocasión, no llama, sólo un simple mensaje al móvil, “Hola guapa, ¿qué tal? Me apetece mucho verte, echo de menos esas hábiles manos… ¿te apetece quedar el jueves?” Ahora es tu turno de venganza “Ohhh… lo siento, me va a ser imposible. Ya te llamaré”

2 comentarios:

  1. jaja muy bueno ese final, ves como sois rencorosas al final? aunque todo tenga su explicación, noto en tus parrafos cierta dependencia o falta de valor ante un simple "ya te yamare". ¿acaso es que él depende de tu bienestar o seguridad emocional?

    como consejo, intenta separar los parrafos y darle margen al primer renglón de cada uno (en el mio no me deja) para que se quede visiblemente mas apetecible de leer y no se quede tan junto todo ;)

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    1. ya está corregido! en teoria estaba bien pero.. ni idea de por qué se ha modificado.

      En cuanto a lo de la seguridad emocional... cuando alguien que te motiva te dice que te va a llamar y no lo hace, te desilusiona y te desanima mucho y lo que más reconcome es el por qué, vamos, que lo que realmente nos genera esa ansiedad es la incertidumbre. :)

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