martes, 5 de enero de 2010

Desapariciones Misteriosas

Los adultos hemos dejado de creer en la magia, podemos disfrutar de un espectáculo de ilusionismo con admiración pero sabiendo que detrás de eso hay trucos y muchas horas de ensayo. Pero, lo crean o no, los magos existen. No se ponen miles de candados ni se encierran en cajas herméticamente cerradas, pero son grandes maestros en la prestidigitación

Son los Hombres-Magos, o más concretamente, los Hombres Houdini. Este tipo de hombre es una nueva especie que se esta propagando con gran rapidez. Su característica fundamental: desaparecen sin dejar rastro. Son agradables, de fácil trato, los hay mas tímidos o mas extrovertidos… Pero la tónica general es que con ellos no sólo estás cómoda, sino que pasas un buen rato.Una mujer siempre mide las palabras, por eso de los agobios, pero con ellos, hablar es fácil, aunque sean temas banales, no hay miedos y todo es más fluido. Los Houdini, tienen la habilidad de sorprenderte con cualquier cosa. Puede ser por su profesión, es masajista o bombero… ¡¡vaya!! Pero es que no es un masajista cualquiera, no, es masajista de Shiatsu, ¿Me va a mantener el equilibrio entre mi cuerpo y mi mente? Si maneja bien las manos, creo que me va a desequilibrar más…. Y si es de los que usa manguera, que por las noches venga a refrescarme…

También puede llamarte la atención por sus hobbys: “Soy monitor de esquí”-te dice- o “hago king boxing”… Esquí, montaña, nieve, bueno, yo es que… soy más de mar, pero si siempre esquía con tanto empeño como cuando enseña… decidido, que mañana mismo me compro el equipo completo. El otro, tendrá buen cuerpo pero enfadarse con él por quien hace la comida o quien limpia los platos, debe ser peligroso… vamos, que te lanza una patada al aire y destroza la mesa de madera que te regalo tu padre cuando te independizaste. Bueno, y sin que nos oiga nadie, en la cama debe ser un fiera, aunque… ya una no esta para muchos trotes ¿eh?, que luego los esfuerzos pasan factura: que si vuelta para acá, piernas arriba, que si la posición del dragón… y luego vienen las agujetas, dolores de cuello, de brazos…Uff, no se si me compensa.

En fin… que me pierdo… otro de los hechizos de los Hombres Houdinis es su gran caballerosidad. Te traen y te llevan en coche, conoces sitios agradables, suelen pagar ellos. Y claro, como te tratan como una reina, se te cae la baba por ellos y no puedes evitar pensar que esto no puede estar pasando, que es un sueño o “Es un tío estupendo, ¡Qué partidazo!” A ver, tampoco es que te emociones como para llevarles al altar, pero te sientes tan bien que te gustaría que no se pasasen las horas.

Como buenos magos, son expertos en el arte del ilusionismo. Te prometen llevarte a un restaurante estupendo, a la piscina de su chalet o a un viaje por París o cualquier otro rincón del mundo. Te hacen soñar y piensas en un hotel con sesiones y sesiones de masajes, (ummm… esas manos…), con un desayuno con champán, paseos a la orilla de alguna playa exótica o una cena con velas en un bonito restaurante de tu ciudad. Es tan emocionante que, ingenua de ti, te lo crees. Mas que creértelo, quieres creer que es cierto, así que, para el caso, es lo mismo. Y es después de todos estos encantamientos cuando hacen su conjuro final. Ni Harry Potter podría vencerles con sus Alohomora, Expeliermus o Wingardium Leviosa… que mira que ya es difícil. Ellos simplemente, dejan de existir, escapan ante tus ojos sin que tú te des cuenta. Notas que las conversaciones que teníais, ya no las tienes. Ese mensaje que te mando para quedar, no se ha vuelto a repetir después de dos semanas o no te contestó a una llamada que le hiciste. También puede ocurrir que la última vez que hablasteis tenia ganas de verte, pero ha pasado más de un mes y sin novedades.

Aquí ya ves que todo era un engaño, que de su chistera sacaba demasiadas cosas buenas para ser ciertas pero ¡si yo no le puse ninguna cadena con doble candado! Es más, seguramente, muchas de nosotras ni siquiera habíamos pensado en relaciones ni quedar continuamente. Era una persona que te caía bien y con la que había buen filling. Pero… se esfumó. En ese momento te planteas si gustas al sexo opuesto. No soy espectacular, ni tengo tipazo de modelo y no soy tan voluminosa como Pamela Anderson, pero no estoy mal ¿no? ¿O si? Entonces, si no soy un coco... ¡es porque soy antipática! No, No puede ser, ¡si soy muy sociable! Todo ello te lo dices a ti misma para intentar dar una explicación coherente a lo ocurrido, aunque sigues sin llegar a entenderlo.

Se suele decir que los hombres… prometen hasta que…hasta que… consiguen su objetivo... y… que se acabó lo prometido. Y ¿qué pasa cuando ni siquiera has llegado a ese punto? Vamos, que era un tío que me gustaba, tenia buena conversación y ¿no pudimos tener una noche loca de sexo? Al menos déjame buen recuerdo antes de desaparecer. Dudas y mas dudas te invaden, no ya porque te importe, sino por saber qué haces mal, qué tienes que todos escapan. Incluso pecas en enviarle un último mensaje o le llamas pasado un tiempo para volver a retomar el contacto, pero, como os podéis imaginar, no hay respuesta, y lo peor… la cara de entupida que se te queda imaginando lo que pensará al ver que sigues insistiendo. Y, encima…le subirá el ego al creer que sigues coladita por sus huesos.

Así que, a partir de ahora, voy a empezar a dar clases de magia. Me compraré el “magia Borras”, libros de cartas, sobre escapismo y criaré conejos y palomas para meterlos en mi sombrero. Aunque, pensándolo bien, mi gato no se si aceptará nuevos inquilinos, mejor buscaré tiras de pañuelos de colores e intentare unirlos con una barita mágica. ¿Alguien sabe donde esta Howards? Quiero enviarle una carta al profesor Damberlorf, a ver si acepta mi matricula fuera de plazo y voy a intentar pedir una beca, porque mis padres no son magos y ahora que estoy en paro… mal está la cosa. ¿Y si llamo a David Copperfield? ¿Tendrá cobertura? ¿Por donde andará? ¿Tendrá diferencia horaria? Lo que está claro, es que ni trucos ni cadenas serán capaces de atrapar a esta especie que siempre busca la libertad. Cuando nuestro encanto personal sea suficiente para que vuelva a aparecer dentro de su chistera, seremos las hechiceras que tendrán la llave de su candado mágico.

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