miércoles, 12 de diciembre de 2012

A medias y sin SEXO!!!

Pero… ¿qué está pasando? Creo que me he perdido algo de la película porque no me cuadran las cosas. ¡A los hombres no les interesa el Sexo! No, que nadie se ría ni se tome esta afirmación a la ligera porque de un tiempo a esta parte esto es tan cierto como que la Tierra es redonda. Supongo que los Hombres me mirarán con cara rara pensando que estoy loca y dirán “pero esta chica de qué va si para nosotros el sexo es algo muy importante y siempre estamos activos y pensando en ello”. Pues no, os equivocáis de largo porque los Hombres están perdiendo fuelle y cada vez más se quedan a medio gas o inapetentes.
 
Hay que decir que en este tema la Mujer ha cambiado mucho. Antes, el sexo era algo más exclusivo para hombres, tenían todo el poder y control sobre cómo, cuándo, dónde, por qué y con quién mantener relaciones sexuales. Para ellos era Placer, para nosotras Reproducción. Así mismo, un hombre que se acostaba con muchas mujeres era un triunfador mientras que una mujer que se acostaba con muchos hombres era una golfa. La mujer tenía un rol muy específico y todo lo que se saliera de ese estándar era visto de forma negativa por la sociedad e incluso por otras mujeres. Poco a poco la mujer se ha ido liberando y en el sexo también. Aún hay quienes opinan que la mujer con mucha experiencia sexual es una degenerada, sin embargo, en la actualidad las mujeres ya han adquirido un nuevo papel en el sexo y ellas también deciden sobre el cómo, cuándo, dónde, por qué y, sobre todo, con quién.
 
Ante esta nueva situación, nosotras somos parte activa y a veces nos encontramos que es nuestro compañero de cama el que falla, le falta energías o, simplemente, está pasivo. Nosotras hemos pasado de poner la excusa de “me duele la cabeza” a “prepárate que llevo lencería sexy” y ellos del “Vas a saber lo que es un hombre de verdad” a “mejor lo dejamos… me duele la cabeza”. ¿Cómo? Sí, si, como lo lees, se están volviendo perezosos. Quedas a tomar un café con ese hombre que tanto te gusta, de hecho, te pone tonta en cuanto piensas en él y le deseas al completo: su sonrisa, sus manos, su pelo, su cuerpo… La conversación va estupendamente y te encuentras tan a gusto que sientes que estás en una nube cuando te dice que subas a su casa. Pero la nube se rompe y caes de ese maravilloso sueño cuando subes a su casa sólo para sacar a su perro Sansón. Intentas pensar que al volver del paseo será cuando te tiré apasionadamente al sofá y acabéis con la ropa por el suelo, pero no, otra vez te encuentras con que en lugar de eso te dice que está cansado y que sólo tiene ganas de tirarse en el sofá y no hacer nada. Ahhh… muy bien, perfecto, te has puesto guapa, te encuentras sexy y sabes que atraes a los hombres pero él… ¡Ni se inmuta! Es más… ¡Demuestra que no le excitas! Y eso, señoras y caballeros, es una herida muy grande en el orgullo de una mujer y la autoestima cae por los suelos, más aún cuando vas recordando que durante ese café no te miró el escote ni las piernas, que no se fijó en tu trasero cuando te levantaste ni se dio cuenta de lo marcadas que estaban tus caderas con ese pantalón vaquero. Así que, no sólo te quedas con las ganas de tener sexo con él sino que piensas que se ha vuelto asexual… ¿Es eso posible? Pues al menos lo parece…
 
El cansancio no es la única excusa para no tener sexo, otra es la falta de ganas. ¿Falta de ganas? Efectivamente, así es aunque parezca increíble. Parece como si estuvieran pasando por una crisis existencial en la que después de haber tenido sexo de una forma fácil, después de tenerlo todo al alcance de la mano y haberlo practicado en exceso con diversas privilegiadas, caen en un estado de letargo en el que les resulta más placentero ver una temporada completa de su serie favorita a acostarse con una mujer y tener que hacer esfuerzos. Parece como si el sexo se hubiera convertido en algo insulso y monótono y les puede dar pereza quedar contigo si saben que tienen que cumplir después o si piensan que eso es lo que se espera de esa cita. También ocurre que la mujer ha sido relegada de las preferencias de un hombre, ya que ahora sus prioridades se ciñen a tres cosas: trabajo, él mismo y sus amigos… y por ese orden. Si trabajan mucho, su tiempo libre lo quieren dedicar a sus aficiones: correr, jugar al futbol, clases de pádel, senderismo o vaguear. También quieren dedicar el tiempo a sus amigos y si un  fin de semana quedan contigo, al siguiente tendrán ganas de ver a sus colegas y comentar la jugada de Ronaldo o Messi en el partido del día anterior.
 
Otra situación posible es que se queden a medio camino. Conoces a un chico que parece una maquina sexual, piensas que es todo pasión y vigorosidad y cuando te encuentras debajo de él, aprecias que aquello no está como debía estar. Bueno, vale, tendré paciencia… piensas, y pones un poco de tu parte pero ni con esas. Da lo mismo lo que intentes para estimularle, está más bien blanda y así es difícil que pueda entrar en ninguna parte. Hay que tener en cuenta que se pueden dar dos versiones: los que directamente no llegan a tener una erección completa, algo que deberían tener en cuenta como una posible disfunción, y los que la pierden en cuanto se ponen el preservativo. En este último caso son unos listillos porque es una vil excusa para convencerte de que lo hagáis sin protección, porque en ese momento tan caldeado hay veces que se pierde la razón y se hacen ciertas concesiones por culminar de una forma placentera. Error, es cierto que es más estimulante hacerlo tal cual, sin embargo en el mercado existen tantas clases de preservativos que es difícil no encontrar uno que sea ultra sensible e incluso ¡de tallas XXL! Además, todo eso está muy relacionado con la cabeza así que, lo realmente importante es el poder de la mente. Chicos, por favor, si leéis esto, haced caso de los consejos del maestro YODA de “La Guerra de las Galaxias” porque todo se mueve con la mente.
 
Una situación incómoda para una mujer es quedarse a medias. Mucha excitación puede provocar que terminen antes de que tú hayas empezado a disfrutar. En ese incómodo momento te preguntas “¿Ya está? ¿Esto ha sido todo?” y aunque algunos intentan solucionar el asunto mediante otras técnicas, otros se acomodan, se visten y se acabó la fiesta. Igual de embarazoso es que tu compañero sexual se duerma… ¡durante! Notas cómo su respiración es totalmente distinta y que sus músculos están totalmente relajados. No puedo olvidarme de los que no trabajan con empeño y dedicación para excitar a la mujer, saltándose los previos y consiguiendo como resultado que las partes íntimas de la mujer en lugar de estar húmedas como para que todo vaya con suavidad, parezcan un estropajo ¿Consecuencias? Molestias durante el coito y días después. Y por supuesto, los hay que se olvidan de la existencia de otras partes erógenas en la mujer, como puedan ser los pechos, el cuello o la espalda.
 
Este panorama no resulta nada alentador ¿verdad? ¿Realmente todos son así? Por supuesto que no. Igual que hay hombres sexualmente malos, muy malos y pésimos, también los hay buenos, muy buenos y excelentes, incluso un mismo hombre puede actuar de todas estas maneras dependiendo de las circunstancias: estrés, alcohol, cansancio… No obstante, esos impedimentos físicos y reales no sirven para justificar una mala actuación por falta de interés, atención o apatía. Hombres del mundo, por favor, haced caso a las reacciones de nuestro cuerpo, observar si nos gusta o si no, cuidad los pequeños detalles y, por supuesto, entusiasmo y dedicación, os lo agradeceremos y el beneficio será para los dos. ¿Probamos?

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